Érase una vez, un día muy lindo, en primavera.
Toda la gente del pueblo solía a tomar un helado al centro.
Las rosas florecían.
En un campo maravilloso donde existían tres hermosas mariposas, a las que les encantaba salir a disfrutar el día.
Les gustaba volar sobre: las flores, las rosas, los árboles, las plantas, etc.
Ellas se diferenciaban de cualquier otra mariposa por su forma de ser y por su color de alas luminosas.
Pero una tragedia sucedió, ese día tan lindo que parecía verse desde la tierra; se cambio totalmente, quedó todo oscuro. Las nubes estaban muy gordas de tanta agua que tenia por dentro. De repente empezó a neblinar, pero esa neblina se convirtió en una lluvia terrible, había muchos relámpagos y truenos. La gente corría por la calle, se paraban con sus hijos en los autoservice para acobigarse. Estaban con mucho frió y además tenían mucha hambre. Las tres mariposas fueron hacia una flor que había por allí y les digierón – señora flor nos dejarían quedarnos aquí, por lo menos hasta que pare la lluvia para acobigarnos, por favor tenemos mucho frió- dijo una de las mariposas.
Pero la flor contesto:- si tengo lugar pero lastima que sea para una.
Lo siento mariposas pero si quieren una de ustedes se pueden quedar.
Entonces se quedo una mariposa con la flor.
Las dos mariposas que quedaban le fueron a preguntar le lo mismo a otra flor. Pero la flor les dijo que solo tenía lugar para una. Entonces se quedo una mariposa.
Solo quedaba una mariposa fue y le pregunto a otra flor y se quedo con la flor.
Y así fue todas las mariposas se quedaron acobigadas toda la noche.
Al otro día podrán salir a jugar como los restos de los días.
AUTORA: Julisa Lucia Fernández Cabral
CORREO: juli27547@hotmail.com
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